Las restricciones derivadas de la crisis del coronavirus hacen que los bares y restaurantes tengan que cerrar antes de lo habitual. Y en España no estamos acostumbrados a cenar a las 19.00 o las 20.00, como sí hacen en otros países de nuestro entorno. En algunos, la última comida del día se da incluso antes.
Cenar pronto encierra muchos beneficios, que repasamos a continuación:
1. La comida nos sienta mejor si la tomamos antes
La comida nos sienta mejor si la tomamos antes. “Nuestro organismo funciona distinto de día y de noche. No estamos preparados para comer de noche, de ahí que sea más difícil metabolizar los alimentos. A partir de las siete de la tarde nuestro organismo empieza a prepararse para el reposo, haciendo más lenta la asimilación de la comida”, explica la portavoz de una clínica especializada en El Mundo.
2. Engorda menos
Comer antes reduce las posibilidades de que cojamos kilos. El profesor estadounidense Fred Turek, junto a la española Marta Garaulet, publicó en 2013 un estudio que demuestra que, a pesar de consumir la misma cantidad de calorías, las personas que comían más temprano adelgazaban, a diferencia de los que lo hacían más tarde.
3. Dormimos mejor
Cenar tarde es uno de los motivos que hacen de España un país que duerme muy mal. Acostarse con el estómago lleno no favorece el descanso. La lógica es sencilla: si nuestro cuerpo no para de trabajar para hacer la digestión, es difícil que nuestro sueño sea reparador.
4. Es más sano
Un estudio de la revista médica Journal of Clinical Endocrinology and Metabolism revela que las personas que cenan tarde muestran niveles de azúcar en sangre más altos. “No nos sorprendió. Otros investigadores han realizado un trabajo similar al observar los ritmos circadianos y la dieta, y otros laboratorios han demostrado que si comes fuera de fase con el ritmo circadiano normal de tu cuerpo, no metabolizas la glucosa de la misma manera”, dice uno de los autores del estudio.