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LAS NOTICIAS DE QUADERNILLOS

Quadernillos recupera el nombre de una mujer que luchó por ella y por todas sus compañeras

Quadernillos bautiza su plaza central con el nombre de la impresora María Ramírez

El 8 de marzo es, desde el año 1975, la fecha elegida para celebrar el Día Internacional de la Mujer. Un momento para la reflexión sobre los progresos alcanzados en materia de igualdad y oportunidades. Un día para visibilizar y reconocer el papel de las mujeres en nuestra sociedad.

En Quadernillos queremos sumarnos a la celebración del Día Internacional de la Mujer y lo hacemos dando a conocer el nombre de la primera impresora de la época cervantina de Alcalá de Henares: la impresora María Ramírez, quien asumió las riendas del negocio familiar tras el fallecimiento de su marido, Juan Gracián, y llegó a firmar los pies de imprenta con su nombre, algo completamente inusual en las mujeres de su época que solían firmar como «viuda de».

En representación de todas las mujeres sin nombre a lo largo de la historia, Quadernillos rinde este homenaje nombrando a la plaza central del centro comercial con el nombre de la impresora alcalaína María Ramírez.

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El personaje de María Ramírez aparece en la novela El taller de libros prohibidos de la escritora alcalaína Olalla García. Olalla, quien ha cosechado gran éxito con sus títulos, será la encargada de amadrinar el acto. La escritora firmará 10 ejemplares de esta novela que se sortearán en las redes sociales de Quadernillos. 

Más sobre la impresora María Ramírez

No tenemos constancia del trabajo que desarrolló en el taller en vida de su esposo, pues las mujeres no aparecen en las fuentes documentales de la época. Pero probablemente colaboró muy estrechamente con él, como lo demuestra el hecho de que asumiera las riendas del negocio en cuanto su marido murió, manteniéndolo en funcionamiento sin problemas. Es lógico pensar que ella también participara en las ediciones realizadas poco antes de la muerte de Juan Gracián, como La Galatea de Cervantes (1585) o La Celestina (1586).

Tenemos constancia del nombre de María Ramírez porque, contraviniendo la costumbre, firmó con su propio nombre en la edición de la novela Selva de aventuras (1600). Este título se desmarca de la producción tradicional del taller; tal vez María intentase recalcar que este libro, más “comercial” de los que solían salir de su imprenta, era elección personal suya, desligándose de la política de su difunto marido.

Gracias a este acto individualista conocemos su nombre. Mientras que, a día de hoy, seguimos ignorando los de la mayoría de las impresoras de su tiempo. En nombre de todas ellas, Quadernillos bautiza a su plaza central como Plaza de la Impresora María Ramírez.